Rumbo a la tienda donde trabajaba como vendedor, un joven pasaba todos los días
por delante de una casa en cuyo balcón un mujer bellísima leía un libro. La
mujer jamás le dedico una mirada. Cierta vez el joven oyó en la tienda a dos
clientes que hablaban de aquella mujer. Decían que vivía sola, que era muy rica
y que guardaba grandes sumas de dinero en su casa, aparte de joyas y platería.
Una noche, el joven, armado de un cuchillo y una linterna, se introdujo
sigilosamente en la casa de la mujer. La mujer lo descubrió y empezó a gritar,
el joven se vio en la penosa necesidad de matarla. Huyó sin haber podido robar
ni un alfiler, pero con el consuelo de que la policía no descubriría al autor
del crimen, A la mañana siguiente al entrar a la tienda, la policía lo detuvo. Azorado
por la increíble habilidad policial, confesó todo.
Después se enteraría de que la mujer llevaba un diario intimo en el que había escrito que el joven vendedor de la tienda de la esquina, buen mozo de ojos verdes, era el amor de su vida y que esa noche lo visitaría.
Después se enteraría de que la mujer llevaba un diario intimo en el que había escrito que el joven vendedor de la tienda de la esquina, buen mozo de ojos verdes, era el amor de su vida y que esa noche lo visitaría.