lunes, 13 de agosto de 2012

Loca por amor.

Aferrarte a alguien a sabiendas que debes dejarlo ir es una forma de aplazar lo inevitable para esa persona... y también para ti. Te permite postergar esa transición que estás a punto de imponer hasta que estás preparado. Al igual que cuando cancelas la visita de un huésped a quien hace tiempo deseabas ver, pero para la cual nunca tuviste ocasión de disponer lo necesario, se trata de la salida mas conveniente y fácil... para ti. En lugar de curar, el amor también puede dañarnos, desencadenando una pandemia de emociones debilitadoras que nos transforman en personas a quienes apenas reconocemos y se cobra aquello que deseamos con tanta desesperación. Los brotes repentinos de inseguridad, celos obsesión o temor, sin más, son factores que pueden contribuir a nuestro dolor. Y, si bien los síntomas del mal de amor pueden ser demasiados, todos comparten una única causa y una única cura: tú.